Lamentablemente se ha ido el señor Luigi Petrella, dejando a una comunidad, entera, lamentando su partida
31 de enero de 2021
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Fuente: fotografía publicada en uno de los chat de TSF |
Detrás del rostro serio del señor Petrella, se escondía un hombre amable, respetuoso, íntegro. De esas personas que son incapaces de hacer daño o de ofender. Era la personificación de lo bueno del ser humano y de las buenas costumbres que, hoy, se han perdido.
Ayer, una vecina me dijo: “Era un señor, un gentleman”
En su paso, por la vida, dejó la plaza que hoy lleva su nombre. Hasta su última navidad en este mundo, encendió el árbol de navidad de nuestra plaza. Su plaza.
La última vez que lo vi -hace más de un año- estaba en una de las mesas de la plaza. Me senté, a su lado, y me mostró -muy molesto- un daño que le habían hecho a esa mesa. Era válida su molestia porque aquel que construye, es incapaz de destruir y de comprender al que hace daño por puro plecer. El señor Petrella era de hacer, no de deshacer, porque así es la estirpe de la gente de buen corazón y educada con buenos ejemplos.
Cuando -en octubre del 2017- falleció Fernando Szyszlou uno de los mejores amigos del escritor Mario Vargas Llosa, éste dijo en uno de sus artículos: “El mundo a mi alrededor se va despoblando y quedando cada día más vacío”
En mi memoria, guardé esas
palabras y hoy, lamentablemente, puedo decir lo mismo que dijo el escritor,
porque muchos de mis amigos más cercanos y cuatro de mis seres más queridos, han fallecido. Es lo lo único malo de la vejez: ver caer a uno, y después a otro, y a otro.
El tiempo ayuda a cerrar las heridas del alma, pero nunca las cura totalmente. A la hora de comer, siempre habrá un plato de más y una silla vacía. ¡Siempre!
Mis
condolencias a las hijas del señor Petrella y al resto de su familia. En la plaza de Terrazas de Santa Fe (TSF) siempre estará.
Señor Petrella, en este último adiós, le deseo que la tierra le sea leve y que descanse en paz
Carmen Guédez-Da Silva
Aquí, Santa Fe
aquisantafecaracas.blogspot.com
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